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domingo, 25 de marzo de 2012

Restaurante Salmantice, Almería. Un buen sitio con mucho futuro.

Restaurante Salmantice.
Calle Costa Balear 16
950 60 55 00

A través de la recomendación de un amigo, conocí este agradable restaurante de Almería y su descubrimiento ha sido un éxito para mi, ahora es ya uno de mis sitios favoritos en esta ciudad.

El restaurante está especializado en carnes de avileño-negro ibérico, que es una raza de vacuno autóctona de España. Personalmente no conocía esta carne y hay que decir que es fantástica, además en el restaurante Salmantice la preparan a la perfección, cosa inhabitual en Almería, donde suelen servir la ternera carbonizada cuando la pides "al punto". Este amor a la carne muy hecha se debe, como en casi toda Andalucía, a que suele gustar más la carne de cerdo que la de ternera y esa se sirve más cocinada. En el Salmantice el punto de la carne es perfecto; se me hace la boca agua recordando el solomillo que me comí hace poco.

A pesar de que la carne es lo mejor del restaurante, no son nada malos otros platos que están en la carta. Personalmente espero probar muchos de ellos, aunque mayoritariamente pediré carne como principal. Puedes verlos en el blog que tienen.

Por todas partes y en todo momento se nota el excelente y esforzado trabajo que está realizando el dueño del restaurante. Desconozco si es el dueño o sólo el encargado, pero debería ser el propietario, si es que no lo es ya, sólo por lo bien que lo está haciendo. Como ejemplo contaré una pequeña anécdota: la última vez que fui pedí de entrantes unas croquetas caseras; cuando las sirvieron estaban un poco congeladas por dentro, aunque hechas por fuera; se lo indiqué al dueño y me dijo que era un problema de la nevera, que enfriaba demasiado, no le dimos más importancia. Desde mi mesa pude ver como regañaba a los cocineros por el error (la cocina está completamente acristalada) y al pagar no nos cobró ese entrante. No es más que un detalle, pero muestra un espíritu de calidad poco habitual.

Otro punto a su favor es la carta de vinos. Normalmente en los restaurantes se les va un poco la cabeza con el beneficio por botella. No me parece correcto aplicar un 400% del precio, es decir, un Rioja crianza que cuesta en Carrefour 6 euros te lo pueden poner a 24 en una restaurante. Ese no es el caso del Salmantice; la bodega es muy variada y de precio bastante razonable. Además, como en el resto, el cuidado por los detalles se nota en el servicio del vino.

En resumidas cuentas, se trata de un sitio muy recomendable para comer con amigos o en pareja, especializado en carnes de vacuno y al que pienso volver en muchas ocasiones.

lunes, 13 de febrero de 2012

Bodega Las Botas, Almería. Uno de los mejores sitios para comer en esa ciudad.

"Bodega Las Botas"
C/. Fructuoso Pérez, 3.
950 23 42 39
http://www.bodegalasbotas.es/


Se trata de un local que reune casi todas las condiciones que yo pido para que un sitio me guste, buena cocina, buen servicio, un precio razonable y un local agradable, en decoración, temperatura, etc...

En esta ciudad los bares de tapas y raciones no se caracterizan precisamente por la rapidez. A veces es terrible salir de cañas; ves como el camarero pasa ante ti una y otra vez, mientras tú tratas de hacerle entender discretamente que te tocaba hace media hora. Cuando por fin se digna a miratre (con cierto desprecio, claro) le indicas lo que quieres y desparece otra media hora o más, mientras le esperas en una agonía de deshidratación y desnutrrición; y de remate a cuarenta grados y oliendo a fritanga. Sin exagerar nada, la media de tiempo en Almería en un bar normal, no de los lentos, es de unos 20 minutos por ronda, contados desde que se dignan a tenderte hasta que por fin te traen lo pedido.

Este no es el caso, los camareros son extremadamente rápidos en atender y servir lo pedido, y para colmo son hasta simpáticos. El aire acondicionado funciona en verano y siempre que haga calor, lo que por cierto ocurre bastante a menudo en Almería, para disfrute de los Finlandeses que vienen a jugar al golf en invierno, mientras por sus campos vagan los lobos y los renos.

Respecto a esta bodega, está decorada con un bonito estilo andaluz, más parecido al de Andalucía Occidental que al Oriental, aunque con buen gusto y sin excesos. La carta es tremendamente variada en cuanto raciones de carnes y pescados; hay que saber que los dueños poseen a escasos metros una marisquería ("Baviera") a la que el ácido úrico no me ha permitido ir aún, pero que les hace disponer de una gran variedad de pescados y mariscos..

Es muy interesante el hecho de disponer, además de las raciones normales, de platos de comida típicos almerienses que realmente son bastante difíciles de encontrar en la oferta gastronómica local. Así se puede comer "trigo", "gurullos", "pimentón", etc... Recetas únicas en España y que merece la pena descubrir. Igualmente dispones de arroces, preparados de varias formas, así como otros platos.

Existen opiniones dispares en cuanto al precio, pero yo creo que no es en absoluto excesivo, más bien es bastante razonable. Obviamente, si pides marisco y jamón de Jabugo de 5 jotas, acompañado de champán Moet Chandon (cosa que puedes hacer, ya que una oferta de la carta es "Ham and Champ"), no esperes que den el cambio de un billete de cinco euros. Pero las raciones que los "pobres" pedimos son más adecuandas (además creo que el Moet Chandom con jamón es un poco de "narco") y de precio más que normal.

Te recomiendo, además de las recetas locales, las raciones o medias raciones de: pinchitos morunos, croquetas caseras, pulpo, arroz en sus diversas preparaciones y por supuesto el jamón, cualquiera que sea la modalidad del mismo que elijas está buenísimo.

Si pasa por la ciudad no dejes de ir a este sitio, no te arrepentirás.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Restaurante japonés Ginza (Vitoria). Un sitio exótico y agradable.

Restaurante Japonés Ginza.
Pintor Diáz de Olano 1. Vitoria.
945 158 172

Se trata de un restaurante japonés abierto recientemente en Vitoria, en la zona de la Avenida Gasteiz, cerca de los Juzgados. Es un lugar agradable para una comida o cena con amigos o con una chica. Lo más destacado es que dispone de zona de Teppanyaki, algo inaudito en Vitoria, donde pocos restaurantes se salen del patrón de gastronomía localista.

El ambiente está muy bien logrado, los camareros van uniformados con bonitos trajes japoneses y son extraordinariamente amables, lo que llama aún más la atención en Vitoria, donde los camareros locales son tan cálidos como el clima de la ciudad.

Otro punto a su favor es que la carta está ilustrada con fotografías de los platos, lo que facilita tremendamente su descifrado, ya que soy aficionado a la gastronomía oriental, pero me pierdo en el marasmo de nombres de recetas.

La carta está dividida en dos secciones principales, la de Teppanyaki y la de otras opciones; en esta última la variedad mayor está en los diferentes tipos de sushi, desde los más conocidos makis hasta unos muy bien cortados sashimi. Del Teppanyaki no puedo opinar ya que no estaba en funcionamiento cuando comí en el restaurante.

Como punto negativo debo señalar la dificultad de comunicación con el servicio, pocos hablaban español (imagino que se habían especializado en el tan útil euskera) con lo que era complicado hacerles preguntas tan básicas como ¿cuándo se abre la zona de Teppanyaki? ¿en qué consiste este plato?, etc...

Otro punto positivo es su precio, nada elevado y bastante razonable; no es tan bajo como el de los típicos restaurantes chinos, pero no es nada excesivo.

En resumen, recomiendo este lugar para los que residan en Vitoria, es una buena forma de variar un poco y conocer otras gastronomías y además a un buen precio.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Restaurante Olarizu. Un servicio detestable en el centro de Vitoria.

Invité a una chica fantástica un sábado por la noche a una agradable cena. Lo más importante de una cita es la persona con quién la compartas, un "peñazo" puede convertir en ceniza la comida más maravillosa y con buena compañía un Mc Donald's se convierte en un lugar para recordar. La compañía en este caso era inmejorable, pero el restaurante nos lo puso muy difícil.

Tardaron un poco más de lo normal en atendernos, pero ese no fue el problema. Al sujetar el vaso mi acompañante, se manchó se una extraña y pegajosa sustancia marrón que no había apreciado. Esto tampoco es importante, un fallo lo tiene cualquiera, aunque la limpieza en un restaurante es algo fundamental. El problema empezó al pedir.

Pedimos unos entrantes para compartir y un plato principal cada uno. Cuando terminábamos ya los entrantes la camarera nos informó de que ya no disponían de uno de los platos que habíamos solicitado, exactamente el de mi pareja. Ella amablemente escogió entonces otro de la carta. Cuando nos trajeron el plato principal de cada uno resultó que el de ella no era el que había pedido, ni el de la primera vez, ni el de la segunda. Se lo retiraron y nos informaron de que en ese momento tampoco tenían el que pidió por segunda vez. Así que tuvo que pedir un tercero; todo esto con mi plato ya servido y al borde de la congelación.

La cena se eternizó y comimos por tandas, esperándonos mutuamente. Un desastre que ni planeándolo me hubiese salido peor. Además el servicio era realmente antipático, no de forma agresiva, sino más bien absolutamente desinteresados por los problemas que creaban; quizás allí es normal, nunca lo sabré ya que ni encadenado y a punta de pistola me van a volver a ver por allí.

Por cierto, no creas que es barato, se trata de un restaurante de precio medio-alto, más o menos 120 euros dos personas con vino norma; aunque si me hubiesen cobrado 5 euros me hubiese parecido caro.

Lo único bueno de la visita es que la cocina era bastante buena (y eso que lo que comí estaba frío), aunque el desastroso servicio nos impidió disfrutarla adecuadamente. Un sitio para no recomendar, más bien para recomendar no ir.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

De tapas por Almería, una forma barata de comer bien y pasar un buen rato.

Almería, además de ser una preciosa y desconocida ciudad en la costa mediterránea, tiene unas particularidades gastronómicas que, si bien no exclusivas de la ciudad, si están desarrolladas excepcionalmente, aparte de una cocina autóctona con tradicionales recetas peculiares, como el pimentón o el trigo. En esta entrada me referiré a las "tapas de Almería".

Hay dos comidas que me encantan y en esta ciudad son un arte: una es desayunar y la otra es comer o cenar de tapas. Es rara la cafetería que no te ofrezca por la mañana (en Almería la hora del desayuno se alarga hasta las 14:00 más o menos) una carta de más de diez tipos distintos de tostadas, donde no faltan las normales de mantequilla o de tomate rayado con aceite de oliva; estas conviven en la carta con otras como atún con tomate rayado, tortilla de patatas, jamón serrano sobre tomate, etc... Me encantan las de Lorenzana, una mantequilla natural con sal, aunque no las tomo todo lo frecuentemente que me gustaría por imposibilidad geográfica y porque mi salud no lo agradecería.

La otra fantástica forma de comer y pasar un buen rato son las cañas y tapas de Almería. En esta ciudad cada consumición tiene asociada una tapa a elegir de una lista, las bebidas que tienen tapa son las cervezas y vinos y otras no etílicas como los mostos y bitters, los refrescos y otras bebidas como licores, etc... no tienen tapa.

Las tapas son de tamaño variable según el bar en el que se esté, pero suelen ser una pequeña cantidad, con lo que puedes tomarte varias cañas y así degustar varias de estas pequeñas porciones de gastronomía local. Las tapas tradicionales y que puedes encontrar en casi cada bar de la ciudad son de varios tipos:

- Plancha: Normalmente pinchitos morunos, lomo fresco a la plancha, hamburguesa (pequeña) y pescados a la plancha como jibia, aguja, etc...

- Cocina: También son tradicionales algunas tapas de cocina como "pata" (manitas de cerdo cocinadas en salsa), callos con garbanzos y caracoles en salsa, entre otras.

- Brasa: En algunos bares puedes encontrar tapas a la brasa donde puedes comer típicas cosas de barbacoa como costilla, chorizo, salchichas, etc...

- Pescado frito: Todo tipo de pescado fresco de la costa almeriense como calamares, salmonetes, chipirones, etc...

- Modernas: En algunos bares intentan hacer tapas más innovadoras, del estilo de los pinchos que puedes encontrar por el norte de España.

La gran variedad de bares de tapas hace que puedas disfrutar de días y días de salidas exploratorias en las que descubrir nuevos sitios a los que ir. No voy a dar mi lista de cuales son los mejores bares de la ciudad y provincia porque no podría, no he estado el tiempo suficiente para ello; pero en este link dejo una lista de una calsificación de la guía "¡A tapear!"; en esta publicación los diez mejores bares de la ciudad son:

1º El bocaíto (Av del cabo de Gata, 185)
2º Valentín (C/. Tenor iribarne, 3)
3º Jiménez (Rambla del Charco, Costacabana).
4º Nevada (C/. Artés de arcos)
5º La bien pagá (C/. Martínez Almagro, 6)
6º Huanfran (C/. Hermanos Pinzón)
7º Los sobrinos (Carretera de Málaga, 29)
8º Bar Robles (Av. Del estadio)
9º Al alba (C/. Juan Lirola)
10º El quinto toro (C/. Juan Leal, 6)

No estoy de acuerdo con esta lista, creo que hay varios bares muy buenos en la ciudad que no están en ella e igualmente creo que alguno de aquí no es lo suficientemente bueno para estar entre los diez mejores. Pero al menos es una excusa para salir diez veces de cañas para comprobarlo.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Restaurante Palacio de Casafuerte. Un precioso sitio, aunque mediocre en cocina.

941 32 47 99
C/. Miguel de Villanueva nº50, Zarratón, La Rioja.

Se trata de un bonito restaurante en el pueblo de Zarratón, en La Rioja, cerca de Haro. La idea con la que llegué a este lugar era hacer una excursión por la zona, visitar unas bodegas o simplemente pasear por los pueblos de La Rioja y finalmente comer en un buen lugar que me había recomendado un amigo (quizás no era tan amigo como parecía).

El pueblo de Zarratón está bastante lejos de cualquier lugar civilizado y realmente me costó un poco llegar, debido a que la señalización  no es lo que se dice abundante, ni clara; como no seas de la zona (que no es el caso) te va a costar un poco encontrarlo. Como Zarratón no es Nueva York, una vez que llegas al pueblo encuentras sin problema el Palacio en el que está el restaurante.

El Palacio del siglo XI es muy bonito y está muy bien restaurado, el restaurante es enormemente espacioso, entre las mesas hay kilómetros, por lo que la comodidad de no tener que aguantar a los vecinos es de agradecer. Odio los sitios que, para sacar beneficio, amontonan las mesas una junto a otra.

El servicio era muy agradable en cuanto a amabilidad, aunque terriblemente lento, no conseguí comprender del todo el motivo de esta lentitud, ya que el número de camareros era alto, podría ser simple incompetencia o que la cocina no daba de si para atender a tanta gente. La realidad es que ante plato y plato te puedes echar fácilmente una siesta, leer un libro, hacer la digestión despacio,... La desventaja es que, como estaba con unos amigos, el vino corrió a raudales (no sé si es una desventaja).

Otro punto desfavorable de este restaurante es la comida. La especialidad de la casa es el cordero asado y las carnes de vacuno, pero la cocinan tanto que está completamente seca. Es una pena que el pobre animal haya muerto para ser convertido en cartón seco e indigerible. Quizás sea un problema de que la cocina no da abasto o está relacionado con la lentitud del servicio, pero la realidad es que después de comer aquí dudo mucho que vuelva algún día.

La bodega está bien provista, siendo los vinos de Rioja, lógicamente, los más abundantes y variados.

Respecto al precio no es excesivo, pero tampoco es barato. No se trata del típico "Chollo" de pueblo, dónde comes mucho y bien por poco dinero, es en realidad un restaurante de precio medio. Por tanto, siendo el precio medio y la calidad de la cocina baja, el resultado es que la relación precio-calidad sale negativa.

Dudo mucho que vuelva a ir a este sitio y no lo recomiendo, hay una gran variedad de restaurantes mejores que este en esa misma zona por lo que no veo el motivo de escoger este otra vez.

martes, 2 de noviembre de 2010

Hotel Royal Palm, Isla Mauricio. El mejor hotel en que he estado en mi vida.

Hace unos meses pude ir al mejor hotel en el que he estado en mi vida, el hotel Royal Palm en Isla Mauricio. Espero poder volver algún día y si os enteráis de que me ha tocado la Bono Loto ya sabéis dónde encontrarme.

Es exorbitantemente caro, yo no podría permitírmelo ni de lejos (la habitación más barata cuesta 818 euros la noche), sobre todo porque tienes que sumar al precio de la habitación (multiplicado por el número de días) el precio del vuelo desde España hasta Mauricio, que no es precisamente barato. Lo mejor fue la compañía, una buena acompañante hace de una pensión cutre un hotel de lujo. Pero además esta vez la clave de que pudiera ir era la acompañante, además de ser preciosa, era una agente de viajes que vendía este hotel en España, por lo que le dieron un precio escandalosamente bajo. Lo malo era que, como todos los huéspedes eran ricos, los vendedores playeros querían colocarme diamantes y artículos de lujo carísimos. Por cierto, una cosa que me llamó la atención fue que los ricos se compraran polos de Ralph Lauren falsos, cuando podían permitirse pagar 1500 euros por noche durante una semana.

El hotel es un lugar de descanso, reina el silencio por todas partes y la decoración colonial invita a la relajación. Es un hotel pequeño, con pocos clientes, por lo que está muy poco masificado. Dispone de un spa (de la marca Clarins) muy bueno, con piscina y zona de relax propia y de entrada gratuita. Los masajes son muy buenos y no son demasiado caros para lo que es el hotel.

Lo más destacado, dentro de que todo es bueno, es el restaurante "La Goélette". Dispone de dos chefs franceses, uno para los platos principales y otro para los postres. Yo tenía contratada media pensión, por lo que podía desayunar en uno de los mejores buffets en el que he comido (me encanta desayunar) y cenaba por la noche en "La Goélette". Es como cenar en un restaurante de lujo cada noche. La cocina alternaba entre tradicionales platos mauricianos, especiadas recetas hindúes y cocina internacional de fuerte influencia francesa.

En Isla Mauricio todos hablan inglés y francés. El idioma oficial es inglés, aunque la gente normal habla un dialecto derivado del francés. En el hotel nadie habla español, así que si no sabes ni palabra de inglés o francés te va a costar bastante comunicarte. La población es de origen indio en su gran mayoría con una pequeña minoría blanca y otra china. Es un país tan tranquilo y pacífico que no tienen Fuerzas Armadas (no tienen enemigos) y los pocos Policías que ves no llevan armas. Por cierto, odian profundamente a los holandeses (quemaron los árboles y se comieron a los Dodos), si quieres caerle bien a un mauriciano dile que no te gustan los holandeses.

Lo peor del hotel es el precio de las bebidas. Una cerveza de marca local (Phoenix) costaba 10 euros y las copas tenían un  precio realmente prohibitivo. Los resturantes disponían de una bodega de vinos excepcional, hay que tener en cuenta que Mauricio está a miles de kilómetros de Europa y a más de mil de cualquier lugar habitado, y aún así podías elegir entre vinos de las mejores bodegas del mundo. Para hacerte una idea del precio te diré que la copa de vino más barata (no botella, sólo una copa) era un vino chileno y costaba 20 euros, el siguiente precio era ya el doble, así que no bebí mucho en esa estancia, mejor para mi organismo.

Desde el hotel puedes hacer excursiones interesantes por la isla o disfrutar de la sección de actividades acuáticas del propio hotel. También dispones de pista de tenis y hay un campo de golf cerca. De las excursiones y te recomiendo el lago sagrado de los hindúes de la isla, Gana Talao y no te recomiendo la isla de los ciervos, te lo venden como un paraíso sin explotar por el ser humano y en realidad está masificado y repleto de turistas y de tiendas (hasta puedes pagar con tarjeta de crédito).

Este es un hotel para ir al menos una vez en la vida y con pareja, ideal para una escapada romántica y poco apropiado para juerguistas. Es un lugar ideal para perderse y descansar. ¡Quiero volver!

Os dejo una fotos que hice yo mismo, haz click con el ratón sobre ellas para verlas más grandes.





miércoles, 29 de septiembre de 2010

Restaurante Ein Prosit. Un fantástico alemán en el centro de Bilbao.

Ein Prosit.
Zabalguna Enparanza nº7. Bilbao.
944 241 311

Se trata de un auténtico bar y restaurante alemán en el centro de Bilbao. Se ambiente agradable, precio muy asequible y comida genial, por no mencionar la carta de cervezas alemanas. Es un sitio al que no se puede ir sólo una vez.

La historia del restaurante es peculiar. Todo empezó cuando el abuelo Thate viajó a Bilbao y se enamoró perdidamente de una bilbaína, con lo que se casó y se quedó allí a vivir (como la típica canción, pero con un alemán en vez de un inglés). Primero montó un negocio de charcutería que aún existe y que es el que suministra al restaurante, por lo que la comida allí es completamente según los cánones originales que el abuelo Thate se trajo de Alemania, nada de productos de multinacionales que te fabrican en Honk Kong la mejor salchicha Frankfurt de China.

La charcutería sigue abierta y puedes comprar en ella muchos de los productos que te sirven en la carta del restaurante; se trata de la "Charcutería La Moderna".

El local se divide en dos, un bar alemán donde puedes beber grandes cervezas alemanas de muchos tipos: de trigo, negra, rubias,... También puedes comer pinchos en un mixto estilo alemano-bilbaíno, es decir desde un pincho de tortilla a una salchicha de Nuremberg a la parrilla.

El restaurante suele estar lleno, lo cual es bastante lógico teniendo en cuenta el precio y la calidad, por lo que te recomiendo que llames por teléfono antes de ir para reservar mesa. El servicio es más o menos bueno y rápido, sin exquisiteces pero eficaz. Yo te recomiendo los surtidos, tanto de ensaladas como de salchichas, regados con abundantes jarras de cerveza. Si vas sólo con otra persona con estos dos platos tienes más que suficiente, aunque también deberías probar el codillo y la Jägertoast (tostada del cazador), un solomillo de cerdo sobre una tostada con jamón y queso fundido, cubierto de una salsa de champiñones y acompañado de patatas fritas.

Es un sitio al que ir a comer, beber cerveza y pasar un rato agradable, especialmente recomendado para ir con amigos a celebrar algo.



viernes, 17 de septiembre de 2010

Restaurante Mao Bilbao. Uno de los mejores orientales que conozco.

Restaurante Mao.
Ibáñez de Bilbao nº11
944 236 818

No se trata del típico restaurante chino de los que parecen clones, todo iguales tanto en carta como en decoración. Éste es distinto, en realidad podríamos nombrarlo como restaurante oriental aunque ellos mismos se definen como japonés, ya que la mayoría de la carta es de este origen. La decoración del local está muy cuidada y es de un estilo moderno, lo que hace muy agradable la estancia.

El servicio es muy amable y eficaz y, aunque poco dado a refinamientos de escuela de hostelería, no se les puede negar la rapidez, aunque el local, que es bastante grande, esté lleno. Cosa que no es de extrañar ya que la comida es muy buena y el precio bastante asequible, con lo que la relación precio-calidad es bastante positiva.
Incluso tienen un zona de teppanyaki, estilo de cocina propio de Japón en el que los comensales se sientan al rededor de una plancha de gran tamaño, en la que el cocinero les prepara los platos delante de ellos, empleando movimientos artísticos de los cuchillos y palas de cocina. Aunque debo reconocer que no he comido en esa zona, por lo que no puedo opinar mucho al respecto.

Como suele ser normal en este tipo de restaurantes lo mejor es pedir diversos platos y compartirlos entre todos. A mi me gusta pedir un par de platos de entrantes y un par de principales si la cena es de dos personas. En este caso las raciones son bastante abundantes y la carta tiene muchas opciones muy recomendables entre las que elegir.

Mis recomendaciones se basan en las que unos amigos de Bilbao nos hicieron a nosotros y que confirmamos gustosamente: como entrantes está muy bien pedir: Futomaki, rollitos japoneses de algas arroz, verdura y huevo; Dim Sum, empanadillas rellenas de gambas y bambú al vapor. De plato principal también para compartir: Sze Chuan, finas tiras de carne de buey con chile rojo picante y salsa de cilantro; Tallarines teppanyaki; tallarines japoneses a la plancha con gambas, verduras y salsa teppanyaki. De postre es muy recomendable el helado de té verde.

Esta es una más que recomendable opción si te apetece comida oriental y andas por Bilbao.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Casa Sevilla. Un restaurante fantástico en el centro de Almería.

Este es sin lugar a dudas uno de los mejores restaurantes de Almería, si no el mejor. Todo es excepcional en él, la cocina, el servicio, la calidad de las materias primas, la relación precio-calidad,... Casi perfecto.

De la carta yo destacaría el "Taller de cocina", una sección de la misma con recetas un poco más elaboradas que el resto; yo pedí el pámpano con cocochas al pilpil y estaba delicioso (por cierto es una soberana estupidez escribir "tx" por "ch" en castellano), a la altura de los mejores sitios en los que he comido en mi vida. Además la variedad de platos de la carta es asombrosa, tanto en carnes como en pescados; no es normal tener tantos platos distintos en una misma carta y no fallar en ninguno (al menos de los que yo he pedido).

La bodega es increíblemente amplia, la carta de vinos tiene una original prersentación en tres tomos (tintos, blancos y rosados) y una gran variedad de vinos españoles y extranjeros, incluso vinos exóticos y difíciles de conseguir en España. Si eres amante del vino podrías ir a cenar sólo para disfrutar de la bodega, pero no es el caso, la comida está a la altura del vino que elijas. La presencia de vinos de Almería es agradable y muestra un buen gusto por los detalles.

Pero existe un punto negro, es un detalle que imposibilita permanentemente a este restaurante para obtener ningún reconocimiento del estilo de estrellas Michelin, sea como sea la cocina y la bodega. Es un detalle que si es correcto nunca se menciona, pero caso de fallar destroza cualquier visita; se trata de los aseos. Tras un minúsculo y sin puerta (absolutamente indiscreto) espacio para el lavabo se encuentra un cubículo menor que el retrete de un submarino, con un WC unisex. Este servicio no está a la altura de un restaurante que se precie mínimamente.

Por lo demás es un lugar recomendable y digno de visitar. Sobre todo si eres capaz de no levantarte de la mesa en toda la velada.

domingo, 29 de agosto de 2010

Restaurante Naútico. Un lugar perfecto para una cena romántica.

Puerto deportivo Almerimar, dársena 1.
04711 Almería.
950497162
http://www.restauranteclubnautico.es

Situado en un entorno excepcional, en medio del puerto deportivo de Almerimar, tiene unas vistas increíbles, tanto desde los comedores interiores como desde la terraza exterior. Es un lugar perfecto para una cena romántica, no sólo por la ubicación sino por todos los detalles.

El servicio es eficiente y correcto en el trato, son rápidos y discretos, lo que facilita el pasar una agradable comida.

La carta es variada, tanto en carnes como en pescados y la carta de vinos es bastante completa, incluidas un par de opciones de vinos de Almería entre los que destacaría los blancos y no malgastaría un minuto en los tintos. Además,como ocurre en los buenos restaurantes, cambian la carta cada cierto tiempo. La cocina del es buena, las raciones son quizás demasiado grande, si es que esto es un punto en contra, que no es mi caso.

Es de destacar el hecho de que, aunque está en un entorno claramente turístico, no ha caídos en los excesos propios de los restaurantes "para turistas", es decir baja calidad y precios desorbitados. Eso no ocurre con este sitio, la calidad es alta y el precio razonable. Es, en resumen, un sitio para recomendar.

lunes, 23 de agosto de 2010

Restaurante Veracruz, Almería. Un chiringuito playero a precio de lujo.


Avenida del Cabo de Gata, 119
04007 Almería
950 251 220



Una decepción en Almería. En una guía está marcado este restaurante como recomendado por su buena relación precio-calidad. ¡Un fiasco! Para que esta relación fuera correcta deberían pagar por ir y nada más lejos de la verdad. Precios excepcionalmente altos, servicio de más que baja calidad y comida más que prescindible.

Tras un rato de ser maltratados por el servicio, cuya antipatía era evidente, y una más que larga espera nos trajeron las cartas ¡Un folio plastificado! Lo comprendería si el precio fuera otro, pero no es tolerable en un sitio que cobran como si fuera de lujo; y es así como cobran.

La apariencia de la carta iba acorde con su contenido, todo pescado congelado (te avisan que es por el anisakis) sin una gran variedad, tres o cuatro a elegir. La comida no era demasiado mala pero no era de destacar. Antes de entrar al restaurante tomamos una caña con su tapa cerca y la cocina de aquel bar le daba mil vueltas a la del Veracruz.

En resumen, una decepción nada recomendable; se trata de una chiringuito playero malo disfrazado de restaurante de lujo donde se puede comer mal, pagar mucho y disfrutar del servicio más antipático de la ciudad. Si alguien está pensando ir, mejor que no lo haga, es bastante mejor el McDonald's del centro comercial.

jueves, 5 de agosto de 2010

Restaurante Xixilu, Vitoria. Un sitio fantástico en el centro de esta ciudad.


Plaza de Amárica, 2, 01005 Vitoria
945 230 068
de 25 a 50 €



He estado en varias ocasiones en este restaurante y siempre he salido convencido de que es uno de los mejores de la cuidad.

Tiene un estilo que intenta imitar a las tabernas de marineros vascos (aún estando en la llanada alavesa); mesas de madera sin mantel y bancos corridos a cada lado; es de señalar que este ambiente está más que bien conseguido, es un sitio bonito y agradable en el que comer. También dispone de una barra de pinchos digna de detenerse en ellos una tarde.

El servicio es bueno y eficaz, no son camareros de escuela de hostelería, pero su trabajo es muy adecuado, la rapidez y eficacia son una constante en este sitio.

Lo que realmente destaca es la comida. Hace poco que comí en este sitio la mejor merluza con almejas que he probado en mi vida, ¡increíble! me parece imposible decir nada negativo ni remotamente de este plato. Como éste es toda la carta, merece la pena ir explorándola en sucesivas visitas.

El precio no es absurdamente excesivo, si bien no es tampoco barato, se adapta perfectamente a lo que es un restaurante medio, entre 25 y 50 euros por persona (vino incluido). Si se desea se pueden pedir opciones económicas de la carta que no están fuera de la calidad de la cocina de este fantástico sitio. Un ejemplo de esta solución son las puntas de solomillo con huevo frito, buenísimas.

En resumen un sitio recomendable y al que espero volver siempre que pueda.
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