Este plato de tallarines que cené el otro día tiene un particularidad, es pasta casera amasada, cortada y cocinada por mi mismo.
Sé que más de uno pensará que es una chorrada, que hay pastas secas y frescas muy buenas en los supermercados; pero para mi, la idea de conseguir un plato de pasta a partir de un poco de harina y un huevo, es algo impresionante.
Además es tan fácil que alguien con las facultades dos pasos detrás de un chimpancé amaestrado es perfectamente capaz de prepararla. Sólo debe disponer de una máquina especial para amasar y cortar la pasta. En mi caso me compré una bastante sencilla hace muy poco en Casa. Sé que no es una cadena de tiendas conocida por sus precios bajos, más bien sales llorando cada vez que compras algo allí, pero esta máquina estaba muy bien de precio, sólo 19,99 o sea viente euros. La máquina es sencilla, sólo puedes cortar tallarines o espaguetis y de un único tamaño de ancho, pero para empezar con la pasta fresca es más que suficiente. Os la recomiendo.
La pasta es en realidad algo sencillo de hacer, sólo necesitas harina y huevos, además de un poco de agua. No creas que requiere, como otros preparados de masas, mucho tiempo y trabajo de manos en amasar. Realmente en poco tiempo tendrás la masa hecha sin apenas trabajo y en un poco más, empleando la máquina, tendrás la pasta preparada para cocinar, como si la hubieras sacado del paquete.
INGREDIENTES:
- 150 gramos de harina blanca normal por persona.
- 1 huevo por persona.
- Un poco de agua.
PREPARACIÓN:
Los ingredientes que he puesto son los que me indicaba el fabricante de la máquina; pero tras hacerlo varias veces (me estoy poniendo ciego de tallarines) he visto que la cantidad que sale es demasiado para mi; así que yo hago esa cantidad para dos personas. Con unos entrantes y una buena salsa te queda una cena de fiesta buenísima.
Lo primero que tienes que hacer es tamizar la harina dentro de un bol grande. Por si la palabra tamizar acaba de sorprenderte, sólo se trata de que pases la harina a través de un colador dando pequeños golpes en el lateral del mismo o moviéndola con una cuchara; sólo es para que no tenga grumos. En un vaso aparte bates el huevo y, haciendo un hueco en el centro de la harina, lo añades.
Con un tenedor vas mezclándolo todo hasta que consigas una pasta que se pueda coger con las manos sin que se quede completamente pegada. Si la masa no se une, añade un poco de agua y sigue moviendo. Puede que tengas que añadir varias veces agua, pero no te pases, sólo unas cucharadas cada vez.
Cuando veas que la puedes coger con las manos, espolvorea harina encima de una mesa y pon la masa encima. Amásala un minuto o menos espolvoreando harina por encima de vez en cuando. En la pasta, es importante que no falte harina para espolvorear por la mena y sobre la masa. Envuelve la masa en film transparente y déjala reposar en la nevera media hora.
Pasado este tiempo coge la máquina de pasta, vamos a emplear la parte de abajo, que es la de amasado; la de arriba es de corte. Pon el selector de anchura en la apertura máxima y, tras desenvolver la masa, pásalo una vez por la máquina. Tendrás que hacerlo cinco o seis veces, no pasa nada si lo haces más veces. Cada vez que la saques aplanada dóblala desde un extremo hasta la mitad, desde el otro hasta la mitad y después por la mitad tratando de formar un rectángulo, que pasaremos por el lado más estrecho. Cada vez que lo aplanes, antes de doblarla, espolvorea harina por encima de la masa y por la mesa.
Cuando ya lo hayas pasado una cuantas veces y tengas un rectángulo más o menos regular córtalo en dos, espolvorea (otra vez, y no será la última) con harina y reserva una mitad. Pon el selector de la máquina en un punto menos del máximo y pasa la masa. Hazlo despacio y con cuidado, manteniendo las manos entre lo que sale y lo que entra en la máquina para que no se te pegue o estire demasiado. No te preocupes, si yo he sido capaz es que debe ser bastante fácil.
Debes poner la máquina en un punto menos de anchura y pasar la masa hasta que esta tenga la anchura que tú quieres. Yo, con esta máquina, lo dejo en 5, aunque en un punto menos seguramente será más fácil de manejar. recuerda lo de espolvorear harina cada vez que la estires.
Ten en cuenta que cada vez que la pases el resultado será más largo que cuando entró. Si ves que es difícil de manejar corta la mitad con un cuchillo.
Una vez con el ancho adecuado, ponemos la masa en la zona de corte y, muy lentamente, vamos accionando la manivela para que salga la pasta en forma de tallarines o espaguetis. ten en cuenta que tendrás que tener una mano en la masa que entra en la máquina, otra en la manivela y otra en los tallarines que salen; lo que siendo un humano no mutante es un poco difícil, pero con cuidado, parando poco a poco puedes hacerlo.
Tienes que tener cuidado de que los tallarines no se peguen entre sí. Yo empleo un consejo que vi en internet, es emplear unas perchas de la ropa para colgarlos según van saliendo las tandas (por supuesto las lavo antes).
Una vez convertida toda la masa en tallarines ya están perfectamente aptos para cocinarlos como si fueran la pasta fresca que venden en los supermercados. Si no la vas a consumir en los siguientes 15-30 minutos, puedes dejarla en las perchas hasta que se endurezca y después reservarla para cuando vayas a cenar. Ten cuidado porque es más frágil que la pasta dura que sueles comprar y puedes partir los tallarines.
Sólo tendrás que cocerlos en abundante agua hirviendo unos minutos (cuando es seca yo los cuezo justo tres) con un poco de sal y listo. Te recomiendo que lo pruebes, te gustará. Yo ya estoy buscando posibilidades para mejorar el original.