miércoles, 18 de agosto de 2010

Shangri-la. La cruz bajo la Antártida.


Shangai-la. La cruz bajo la Antártida.
Julio Murillo.

Casualmente descubrí este libro en un momento en el que tenía mucho tiempo libre para leer, en caso contrario dudo mucho que lo hubiera siquiera empezado.

La trama es irreal y completamente absurda, los alemanes pierden la Segunda Guerra Mundial y se retiran a la Antártida donde se convierten, en virtud de una superior tecnología, en irreductibles; todo esto es la base del argumento junto a la típica (y sobre explotada) conspiración nazi en la sombra para dominar el mundo de nuestros días.

Si los alemanes hubiesen dispuesto del armamento que se describe en la novela no hubiesen perdido la guerra y si se hubiesen escondido en la Antártida ¿porqué los americanos o los rusos no lo hubieran hecho público en 1945? Además, la batalla secreta en la Antártida en la que unos impotentes americanos se ven superados por las armas secretas nazis, es netamente imposible hasta para la ficción; ¿no hubieran empleado éstos una bomba atómica ante la derrota?

De todas formas parece que en internet existen bastantes páginas, de más que dudosa precisión científica, en las que se describe esta teoría de la base secreta nazi en la Antártida, las armas secretas,etc...; así que el argumento de la novela tiene seguidores, a pesar de mi profundo escepticismo.

Otro misterio es cómo ha conseguido el premio de novela histórica Alfonso X el sabio en 2008 no teniendo casi nada de historia real en su interior.

La realidad es que todo lo malo que tiene el argumento lo compensa el autor con un estilo inmejorable; es absolutamente adictivo. Recuerdo sorprenderme a mi mismo deseando fervientemente leer el siguiente capítulo a la vez que sentía cansancio ante lo absurdo del argumento.

Es realmente una pena que el autor tenga tan poca capacidad para elegir la trama teniendo tanta para escribir novelas. Así que, cuando éste publique una nueva obra, pienso comprarla sin mirar de qué trata en la contraportada; así no sentiré deseos de no hacerlo, ya que es seguro que, trate de lo que trate, pasaré un muy buen rato leyéndola.

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