Invité a una chica fantástica un sábado por la noche a una agradable cena. Lo más importante de una cita es la persona con quién la compartas, un "peñazo" puede convertir en ceniza la comida más maravillosa y con buena compañía un Mc Donald's se convierte en un lugar para recordar. La compañía en este caso era inmejorable, pero el restaurante nos lo puso muy difícil.
Tardaron un poco más de lo normal en atendernos, pero ese no fue el problema. Al sujetar el vaso mi acompañante, se manchó se una extraña y pegajosa sustancia marrón que no había apreciado. Esto tampoco es importante, un fallo lo tiene cualquiera, aunque la limpieza en un restaurante es algo fundamental. El problema empezó al pedir.
Pedimos unos entrantes para compartir y un plato principal cada uno. Cuando terminábamos ya los entrantes la camarera nos informó de que ya no disponían de uno de los platos que habíamos solicitado, exactamente el de mi pareja. Ella amablemente escogió entonces otro de la carta. Cuando nos trajeron el plato principal de cada uno resultó que el de ella no era el que había pedido, ni el de la primera vez, ni el de la segunda. Se lo retiraron y nos informaron de que en ese momento tampoco tenían el que pidió por segunda vez. Así que tuvo que pedir un tercero; todo esto con mi plato ya servido y al borde de la congelación.
La cena se eternizó y comimos por tandas, esperándonos mutuamente. Un desastre que ni planeándolo me hubiese salido peor. Además el servicio era realmente antipático, no de forma agresiva, sino más bien absolutamente desinteresados por los problemas que creaban; quizás allí es normal, nunca lo sabré ya que ni encadenado y a punta de pistola me van a volver a ver por allí.
Por cierto, no creas que es barato, se trata de un restaurante de precio medio-alto, más o menos 120 euros dos personas con vino norma; aunque si me hubiesen cobrado 5 euros me hubiese parecido caro.
Lo único bueno de la visita es que la cocina era bastante buena (y eso que lo que comí estaba frío), aunque el desastroso servicio nos impidió disfrutarla adecuadamente. Un sitio para no recomendar, más bien para recomendar no ir.
Gracias por la entrada, tengo claro donde no me verán el pelo..
ResponderEliminarJoder tio....
ResponderEliminarVaya palo para ti y tu acompañante. Desde luego yo no volvería a semejante sitio. El precio desde luego merece un servicio mejor.... O es que el local no tiene la calidad de la que presume o te tocó a ti y tu acompañante el primer premio del despropósito.
Un saludo.
Muchas veces me veo forzado a comer fuera de casa, pero a mí por fortuna nunca me ha pasado nada parecido. En esos casos lo mejor es no dejar propina y olvidar el sitio, o como se suele decir: "La propina se gana, no se da".
ResponderEliminarNo hay nada más desagradable que el comer a destiempo...
ResponderEliminarEntiendo tu post perfectamente!
Salu2
Vaya peñazo que os tocó. Y despues a lo mejor se quejan de que tengan poca clientela y es normal que así sea. Porque el que lo sepa, no aterrizá alli ni por equivocación.
ResponderEliminarFeliz Navidad
No sé que decirte...
ResponderEliminarBueno felices fiestas.
No se como un restaurante de ese nivel se puede permitir en los tiempos que corren dar un mal servicio. Mucho esfuerzo cuesta ganar dinero para desperdiciarlo en sitios asi.
ResponderEliminarParece un cuento de terror, más que una crónica del buen comr o de la buena compañía. A mí me han pasado también cosas de este estilo que ni se explican ni se sabe qué es lo que pasa ni porqué.
ResponderEliminarHumorísticamente:
"Hay el especialista en pedir el único plato que se ha acabado en el menú."
(Ramón Gómez de la Serna)