lunes, 5 de mayo de 2014

Banshee. Una buena serie de acción.

Banshee es una serie de acción trepidante que, en contra de lo que me figuraba inicialmente, me ha gustado mucho. Estoy deseando ver la segunda temporada y acabo de leer que ya ha renovado por una tercera, que se estrenará en 2015. La serie no es de una calidad alta, ni en guión, ni en actuación, ni en nada en particular, pero cumple perfectamente su papel de entratener. No sabría decir con precisión que es lo que me ha enganchado, creo que es la historia que cuenta y la empatía que me despiertan los personajes. La recomiendo para pasar el rato olvidándonos del día a día; en absoluto es recomendable para el que busque un drama profundo o una serie de culto.

Realmente me gusta la historia que se va desarrollando y no las contínuas e interminables peleas a golpes o las explícitas escenas de cama (para ver porno hay muchos sitios hoy en día, no necesito ver sexo salvaje cada veinte minutos de capítulo). Lo peor de las peleas, además de que hay unas tres o cuatro por capítulo, es la irrealidad de las mismas. Los protagonistass luchan como si fueran expertos en artes marciales, golpeándose con una brutalidad tremenda, para acabar cubiertos de sangre; pero tras un lavado rápido, dos tiritas y a la siguiente escena. Nadie acaba con un ojo morado, sin un diente, o con un hueso roto, salvo que sea uno de los malos y vaya a morir en breve. Esa falta de realismo es la parte que más me desagrada de la serie; hubiera preferido que los buenos no fueran "tan buenos" luchando y se parecieran más a como serían en la realidad.

Esto no quiere decir que no me haya gustado, porque la verdad es que me ha encantado; terminaba cada capítulo deseando ver el siguiente.

La historia trata de dos ladrones, Lucas Hood (Antony Starr) y Carrie Hopewell (Ivana Miličević) que
siendo pareja estafan a un importante y despiadado líder de la mafia ucraniana. Lucas pasa 15 años de cárcel por salvar a Carrie. A la salida de prisión va a buscarla, descubriendo que ésta ha rehecho su vida en el pueblo de Banshee bajo una identidad figurada. Tras una pelea, el que iba a ser el sheriff del pueblo muere, lo que aprovecha Lucas para ocupar su lugar y convertirse en el jefe de la policía del lugar.

En el mismo pueblo, cuna de una importante comunidad Amish, existe un mafioso local que tiene corrompidos a todos y en su zona de actuación es todopoderoso, Kai Proctor (Ulrich Thomsen), quien es un personaje ambiguo que va moviéndose en la zona gris que separa al bien del mal durante toda la temporada. Unas veces es el malo de la película y otras sientes que le comprendes y solo hace lo que puede para sobrevivir (aunque malo, es malo con ganas).

Resumiendo, se trata de una serie de acción (principalmente golpes) con un guión atractivo e interesante, que entretiene sin mayores aspiraciones.

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