Esta es una receta que se hace sola de lo fácil que es, sólo tienes que poner los ingredientes en la cazuela, meterla en el horno y en un buen rato la tienes lista. Es un plato barato y fácil que está buenísimo y que te quedará bastante bien con tal de que sigas los pasos de la receta que te dejo en esta entrada.
A mi me la enseñó una chica guapísima y muy buena cocinera (lo que no tiene porque ser incompatible) aunque se prodiga poco en los fogones.
A mi me la enseñó una chica guapísima y muy buena cocinera (lo que no tiene porque ser incompatible) aunque se prodiga poco en los fogones.

Necesitas emplear una cazuela de barro grande o un recipiente similar que resista la temperatura del horno y que pueda contener los ingredientes y el líquido. Empieza la preparación del plato con bastante antelación respecto a la hora de comer, necesitarás dejarlo en el horno mucho tiempo, dándole la vuelta a los trozos de pollo frecuentemente.
- Trozos de pollo.
- Patatas.
- Un tomate.
- Media cebolla.
- Pimienta negra en grano.
- Vino blanco.
- Una pastilla de caldo de pollo.
- Colorante o azafrán.
- Sal.
- Sal.
PREPARACIÓN:
Pon el horno a precalentar a 220 grados mientras preparas el resto de ingredientes.
Pelas las patatas y las cortas en trozos redondos de un centímetro de grosor, colócalas en el fondo de la cazuela de barro. Corta la cebolla en rodajas y separa los anillos, colócalos encima de las patatas. Pela un tomate, córtalo en rodajas y ponlas sobre las patatas. Coloca encima de todo esto los trozos de pollo.
Añade un puñado de granos de pimienta (10 ó 15), la pastilla de caldo de pollo desmenuzada con los dedos, un poco de sal y de colorante alimentario (lo venden en botecitos con las especias en el supermercado). Riégalo con un vaso de vino blanco y añade agua hasta cubrir bien la patatas. Introdúcelo en el horno y cuando el líquido llegue a ebullición baja la temperatura del horno a 175 grados.
Cada seis o siete minutos tienes que darle la vuelta a los trozos de pollo para que no se te quemen, tienes que estar atento a esto o lo echarás a perder. Cuando el pollo esté cocinado por completo comprueba que las patatas estén blandas, si no es así, saca el pollo de la cazuela, resérvalo en un plato y deja el resto un rato más en el horno hasta que esté hecho, entonces vueles a poner el pollo, lo dejas un par de minutos para que se caliente y lo sacas para servir.
Es un buen plato, fácil, barato y muy bueno que sólo requiere un poco de tiempo y atención.
Pelas las patatas y las cortas en trozos redondos de un centímetro de grosor, colócalas en el fondo de la cazuela de barro. Corta la cebolla en rodajas y separa los anillos, colócalos encima de las patatas. Pela un tomate, córtalo en rodajas y ponlas sobre las patatas. Coloca encima de todo esto los trozos de pollo.
Añade un puñado de granos de pimienta (10 ó 15), la pastilla de caldo de pollo desmenuzada con los dedos, un poco de sal y de colorante alimentario (lo venden en botecitos con las especias en el supermercado). Riégalo con un vaso de vino blanco y añade agua hasta cubrir bien la patatas. Introdúcelo en el horno y cuando el líquido llegue a ebullición baja la temperatura del horno a 175 grados.
Cada seis o siete minutos tienes que darle la vuelta a los trozos de pollo para que no se te quemen, tienes que estar atento a esto o lo echarás a perder. Cuando el pollo esté cocinado por completo comprueba que las patatas estén blandas, si no es así, saca el pollo de la cazuela, resérvalo en un plato y deja el resto un rato más en el horno hasta que esté hecho, entonces vueles a poner el pollo, lo dejas un par de minutos para que se caliente y lo sacas para servir.
Es un buen plato, fácil, barato y muy bueno que sólo requiere un poco de tiempo y atención.