domingo, 19 de septiembre de 2010

Mejillones con salsa picante. Un aperitivo buenísimo.

Esta es una sencilla forma de hacer una aperitivo un poco picante y buenísimo. Se trata de mejillones con una salsa de chuparse los dedos, siempre que te guste el sabor picante.

Te servirá como una ración para compartir con unos amigos y unas cervezas o como entrante en una cena con una chica y una botella fría de vino blanco, existen mil posibilidades para este plato que está tan bueno y es tan fácil de hacer

Respecto a los mejillones puedes hacer dos cosas, comprarlos frescos y cocinarlos al vapor o comprarlos ya cocinados; estos últimos se venden en unas bolsas de plástico donde se conservan al vacío, puedes encontrar estas bolsas en la zona de pescados de cualquier supermercado. Esta es la opción que yo te recomiendo, es muy cómodo para cocinar esta receta, sólo tienes que abrir la bolsa, limpiar los mejillones bajo el agua, dejar cada mejillón sobre una sola concha desechando la otra y ponerlos sobre una fuente.

Si quieres puedes cocinar al vapor los mejillones tú mismo, tampoco es difícil; pones en una olla grande un poco de vino blanco (un vaso pequeño) una hoja de laurel y los mejillones frescos, no te asustes porque no haya agua que los cubra ni nada así, se cocinarán con el vapor que produzca el vino y el agua que sueltan los mejillones. Pones la olla al fuego con la tapa puesta, cada poco tiempo coges la olla por las asas y  la mueves circularmente para que se mueva el interior sin abrir la tapa. La cocción termina cuando la gran mayoría de los mejillones se hayan abierto, desecha los que estén cerrados. Para esta receta espera que se enfríen y los guardas en el frigorífico una vez templados, mientras haces la salsa.
INGREDIENTES:

- Un diente de ajo.
- Pimentón (una cucharita pequeña).
- Aceite de oliva.
- Sal.
- Harina (una cucharada sopera).
- Caldo de pollo (un vaso de 250 cl).
- Perejil.
- Guindillas pequeñas secas (2 ó 3).

PREPARACIÓN:

Pones en una sartén una cucharada de aceite de oliva, cuando esté caliente pones un diente de ajo entero al que has golpeado previamente un poco (pones la hoja del cuchillo sobre el diente de ajo con piel y todo, le das un golpe con la mano a la hoja y el diente re machaca un poco sin romperse), pones dos o tres guindillas pequeñas secas sin picar ni desmenuzar, ya que luego las retiraremos del aceite. Cuando el diente de ajo esté dorado lo retiras del aceite junto con las guindillas y puedes desecharlos, quédate con al aceite que ya tiene los sabores en él.

En este aceite pones una cucharada sopera de harina y la fríes durante un minuto, para que pierda el sabor a harina cruda. Hecho esto retiras un minuto la sartén del fuego para que temple un poco y pones una cucharada de pimentón, lo mezclas todo bien y vuelves a poner la sartén al fuego. Poco a poco añades, sin dejar de remover, el vaso de caldo de pollo. Puedes usar caldo de Tetra Brik o media pastilla disuelta en agua. Remueves muy bien con una cuchara de madera para que se mezcle todo y no queden grumos.

Reduces la salsa hasta que esté espesa a tu gusto, no dejes de remover de vez en cuando durante la cocción para que se mantenga homogénea. Si al terminar te han quedado grumos tiene fácil arreglo, lo pasas por la batidora y lo dejas reposar. Cuando te digo que reduzcas la salsa quiero decir que la calientes en la sartén en la que está, removiendo frecuentemente, hasta que se vaya espesando poco a poco, entonces la retiras del fuego.

Ya lo tienes hecho, pones una o dos cucharadas de la salsa en cada mejillón, espolvoreas perejil sobre ellos y  ¡listo!

2 comentarios:

  1. Ricos, están buenísimos, pero al revés, no sé que decirte..... Me refiero a la foto, que se van a caer!!! (Noa)

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  2. Ya he arreglado lo de la imagen, no sé cómo pasó eso de que se pusiera al revés... Pero ya ves que no se caen.

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