Déjame entrar. Una película de vampiros diferente.

Esta es una película extraña; se trata de una de vampiros, pero muy distinta a las habituales de Hollywood; no digo que éstas no me gusten, la verdad es que el género de vampiros me encanta, a excepción de la saga "Crepúsculo"; sólo digo que esta es distinta; es una película sueca de vampiros niños.

La película ha sido galardonada con innumerables premios y una gran aceptación por parte de la crítica. La verdad es que está bien, aunque creo que la crítica se ha excedido un poco; quizás al verla como una película europea, concretamente sueca, y un poco lenta les ha parecido auténtico arte; y no es para tanto, aunque sí que es una película interesante.

Dirigida por Tomas Alfredson, está basada en una novela homónima de John Ajvide Linqvist.

El argumento, sin revelar nada que no se vea en los primeros minutos, está ambientada en la Suecia de los años 80 (sin que esto aporte nada especial a la trama); en un barrio humilde vive un niño tímido y sin amigos, atormentado por los matones del colegio; una noche aparece una extraña familia compuesta por un padre con su hija; la niña, que es de la edad del chico, es en realidad un vampiro; el padre se dedica a asesinar y desangrar transeúntes para alimentar a su pequeña. Ambos chicos establecen un profunda amistad.

Superado un instante inicial en el que deseaba estrangular con mis manos al imbécil niño protagonista la película mejoró. Hay que reconocer que está muy bien hecha, consigue meterte el frío en el cuerpo e introducirte en el ambiente sin dificultad. No da mucho miedo, pero las escenas de tensión están más que bien logradas, creando imágenes que te impactan e impresionan.

Respecto a lo que no me gustó debo destacar principalmente al niño protagonista (Kare Hedebrant), su actuación se limita a mirar con cara de tonto al infinito durante minutos enteros sin decir una palabra o mover un músculo facial, pero esto no es malo respecto a la película ya que su personaje es un niño imbécil. Otro aspecto negativo es la lentitud de la película, especialmente en la primera parte, supongo que esto es propio del cine sueco, hay muchas escenas del estilo de "miradas a los ojos de tres minutos sin una palabra". No es que crea que el cine tiene que ser trepidante, con persecuciones y tiros sin parar, pero sí que creo que debe ser ágil, sin pausas excesivas que eternicen innecesariamente las escenas.

No llego a la altura de los críticos que han dicho que era "poesía en movimiento" (incluso me suena un poco pedante), pero sí creo que es una buena película digna de verse; sin ser con ello la mejor que he visto, ni siquiera de las mejores, sólo es una película interesante, distinta y que te hará pasar un rato entretenido. Te la recomiendo.