Esta receta te servirá para poner como ración o entrante en tus cenas especiales o simplemente para un día de diario, se tarda bastante poco en hacerla y está tan bueno que no te creerás la fácil que es.
Este entrante o aperitivo maridará bien con cualquier cosa, desde unas cervezas hasta un tinto, pasando por un blanco. Si lo pones de entrante te puede combinar tanto con carnes como con pescado.
El ingrediente principal son las setas, te desaconsejo enormemente que vayas al campo a buscarlas, cosa que hay mucha gente que hace, aunque te pueda parecer extraño. Si lo haces es probable que te envenenes lo que me desagrada bastante, principalmente porque eres un lector de mi blog.
Lo mejor es que compres la típicas bandejas de setas frescas que hay en los supermercados en la sección de verduras y frutas; si eres un soltero es posible que no hayas estado nunca antes, pero tu salud agradecerá su visita. Puedes comprar níscalos, champiñones laminados o champiñones enteros. Las dos primeras opciones son más sencillas, pero la otra no es mucho más compleja. No compres latas de champiñones porque ya están cocinados y el resultado será mucho peor.
Antes de empezar lavas las seta bajo el grifo y las dejas escurriendo un rato, las setas cogen mucha agua así que no las dejes en remojo, sólo lávalas bien. Si has comprado champiñones enteros tendrás que esforzarte sólo un poco más, primero le cortas a cada uno el pie dejando sólo la parte de arriba, la cual debes lavar muy bien, ya que suelen tener tierra y suciedad, una vez hecho ésto el resto de la receta es igual para los tres tipos de setas mencionados.
INGREDIENTES:
- Setas (lavadas como se dice en la parte anterior).
- Dos dientes de ajo.
- Vino blanco.
- Aceite de oliva.
- Sal.
- Perejil.
- Un limón.
PREPARACIÓN:
En una sartén amplia pones una cucharada de aceite y la calientas, cuando esté añades dos dientes de ajo cortados en láminas y lo doras un minuto. Entonces pones las setas escurridas en la sartén y las mueves un poco. Lo dejas a fuego fuerte y verás que las setas empiezan a soltar mucha agua. En este proceso lo único que tienes que hacer es dales la vuelta de vez en cuando para que no se te quemen por un lado.
Cuando hayan soltado parte de su agua (verás que se reducen bastante de tamaño) añades un chorro de vino blanco y bajas el fuego. Lo dejas cocinar a fuego bajo hasta que el agua y el vino casi hayan desaparecido, dejando sólo un poco de líquido. Entonces la pones el zumo de un limón y perejil picado (si no es de bote mejor, pero si no tienes el de bote también vale), lo mueves todo y subes el fuego a fuerte.
Cuando muevas las setas en esta fase se te romperán un poco (excepto si son los champiñones sin laminar), por eso ten un poco de cuidado al hacerlo.
Cocínalo así un par de minutos y retíralo del fuego, ahora le espolvoreas un poco más de perejil para adornar y lo sirves. Quedarás fenomenal con un mínimo esfuerzo.
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