Crónicas vampíricas. Una serie de vampiros adolescentes norteamericanos.

Esta no es una gran serie, ni siquiera una serie buena, pero debo reconocer que me enganché a verla y despaché en poco tiempo la primera temporada de la misma. Se trata de una serie de vampiros adolescentes (aunque en realidad muchos son de mi edad) que interactúan con humanos también adolescentes en el pueblo de Mystic Falls.

La primera temporada se emitió por primera vez en EEUU en septiembre de 2009 y ya está en emisión la segunda temporada (que supongo que también veré, eso creo).

La serie está enmarcada en la corriente de "vampirofilia" que domina en el mercado adolescente actual desde el lanzamiento de los libros de la saga "Crepúsculo" de la autora Stephenie Meyer. Estos libros son en mi opinión terriblemente malos, no sólo porque se salta los que se conoce como el "cánon vampírico" sino porque no son más que novelas románticas baratas que en absoluto son de mi gusto. Realmente sólo he leído parte de la primera y tuve que dejarlo por aburrimiento.

En esta serie sí siguen el canón, es decir, los vampiros no pueden ponerse al sol, beben sangre,... Aunque el autor J. L. Smith sí que se saca de la manga varias cosas inexistentes en la mayoría de películas y series del género, como por ejemplo que con determinados anillos pueden salir al sol, que no pueden tomar verbena, etc...

El argumento general de la serie trata de dos hermanos vampiros Sefan Salvatore (Paul Wesley), el bueno, y Damon (Ian Somerhalder, Boone de "Perdidos"), el malo; éstos retornan tras muchos años al pueblo de Mystic Falls, donde Stefan está enamorado de una compañera de Instituto, Elena (Nina Dobrev) que es idéntica físicamente a la vampiresa que les convirtió a ambos y cuya mejor amiga es una bruja con poderes mágicos, Bonnie (Katerina Graham). Es de destacar el papel de "malo" de Damon, quien, aunque al principio me caía mal, es sin duda el mejor actor de la serie (en la que los buenos actores no abundan); también es interesante lo mala actriz que es Nina Dobrev, quien, a parte de ser muy guapa, no es capaz de mostrar la más mínima emoción en sus actuaciones, ya puede estar en el funeral de sus padres que en la mejor fiesta de su vida, que sus rasgos hieráticos ni se inmutan. Su mejor amiga en la serie (Katerina Graham) pertenece a la misma escuela de interpretación sin gestos que ella.

También es extraño como los guionistas retuercen la historia para que parezca normal, los vampiros matan a dos o tres habitantes por capítulo y las fiestas de Instituto suceden todos los días pase lo que pase. Son gente dura de sentimientos los habitantes de Mystic Falls.

En resumen, aunque se trata de una serie mediocre, merece la pena para desconectar del estrés diario, así que espero ver la segunda temporada, siempre que no tenga nada mejor que hacer.