El desastre de Annual.
Colección: Episodios nacionales contemporáneos.
Ricardo Fernández de la Reguera y Susana March.
ISBN: 9788408030768
Este es un libro que relata, de forma novelada, la historia de la destrucción casi absoluta de las fuerzas españolas de la Comandancia General de Melilla en 1921 en el episodio conocido como "El desastre de Annual", donde en total cayeron 13.363 soldados españoles.
El libro relata los hechos históricos desde el punto de vista de varios protagonistas, mezclando personajes reales con otros de ficción para contar el terrible drama que fue la derrota y desastrosa retirada de las fuerzas españolas comandadas por el General Silvestre en el área oriental del Protectorado español sobre la zona más pobre de Marruecos. Los protagonistas van sufriendo la derrota en Annual, la estéril y heroica resistencia en Igueriben y los otros "blocaos" y el exterminio a traición de los pocos supervivientes en Monte Arruit.
Es este otro episodio de heroísmo e incompetencia de nuestra historia reciente. España se metió en una absurda aventura colonial en el deseo de participar en la escena internacional y, como correspondía al escaso nivel de nuestro país en ese momento, se nos asignó la zona más pobre y conflictiva del protectorado francés sobre Marruecos. La ocupación progresiva del mismo se realizó siguiendo dos direcciones, la principal desde Ceuta a cargo del Jefe Supremo de las fuerzas del Protectorado, General Berenguer y la secundaria desde Melilla, dirigidos (desde 1920) por el incompetente y alocado General de Caballería Manuel Fernádez Silvestre, cuyo mayor mérito era el ser amigo del entonces Rey de España, Alfonso XIII.
Tratando de conseguir impresionar al Rey, Silvestre se lanzó a una poco planificada ofensiva en la que no tuvo en cuenta cadenas logísticas, segundas líneas,... ni siquiera las consideraciones militares básicas, únicamente avanzar sin descanso, menospreciando al enemigo y sus capacidades militares. Por ello el frente contaba casi en exclusiva con una única línea, si que detrás de ésta existiera un despliegue capaz de hacer frente a contraataques enemigos.
Las fuerzas con que contaba Silvestre están muy bien descritas en el libro; se trataba de reclutas forzosos sin apenas instrucción y con una equipación y armamento anticuado y en mal estado de conservación. Además la corrupción estaba tremendamente generalizada y era normal que los soldados que podían permitírselo pagaran a sus Mandos para permanecer en España mientras éstos les incluían en las listas como si estuvieran en campaña. Una anécdota real muestra la corrupción del momento: Cuando comienza el "desastre" llega a Melilla la orden de Madrid de que salgan los cañones, municiones y armamento depositados en un Parque de Artillería de esta cuidad; cuando se dirigen al mismo descubren que se trata de un solar no edificado y que tales armas nunca existieron, simplemente alguien se quedaba con el dinero fingiendo su existencia.
El 17 de julio de 1921, Abd el Krim, antiguo funcionario de la Oficina de Asuntos Indígenas de Melilla, lanzó un ataque contra las fuerzas del General Silvestre contando con el apoyo de las cabilas presuntamente aliadas de España. El libro relata la resistencia heróica de la posición de Igueriben, combatiendo varios días sin agua y bajo un intenso calor. Muestra los mensajes desesperados de su Jefe, el Comandante Benítez, mensajes como el que transmitió poco antes del asalto final: "Parece mentira que dejéis perecer a vuestros hermanos, y a españoles, delante de vosotros". Tras días de desesperada lucha y ante la imposibilidad de resistir envía este último mensaje: "Nunca esperé recibir de V.E. orden de evacuar esta posición, pero cumpliendo lo que en ella me ordena, en este momento, y como la tropa nada tiene que ver con los errores cometidos por el Mando, dispongo que empiece la retirada, cubriéndola y protegiéndola debidamente, pues la oficialidad que integra esta posición, conscientes de su deber, sabremos morir como mueren los oficiales españoles". Dicho eso los Oficiales, vestidos con sus uniformes de gala, se quedaron el la posición protegiendo con sus armas la retirada de lo poco que quedaba de la Tropa. Todos los mandos murieron y casi ningún soldado consiguió llegar a Annual.
Tras este episodio la moral de los españoles estaba por los suelos, entonces el General Silvestre cometió un nuevo error, decidió no esperar refuerzos y, contraviniendo las órdenes recibidas, iniciar una retirada a posiciones más defendibles. El caos se apoderó de las fuerzas y la coordinada retirada se convirtió en una loca carrera sin orden alguno en la que los cabileños atacaban y mataban a diestro y siniestro sin que ninguna unidad le hiciera frente ordenadamente, con la excepción del Regimiento de Caballería "Alcántara" que trató de proteger la retirada realizando una y otra carga hasta ser destruido (de los 691 hombres que formaron a diana esa mañana sólo 67 regresaron a su posición). El mismo Silvestre, ante la magnitud del desastre que él mismo había provocado, se suicidó.
Tras seis días de agotadora huida los 3017 supervivientes, al mando del General Navarro, se refugiaron en la posición de Monte Arruit. Pero cercados, agotados, sin moral y sin suministros, pactaron una rendición en la que los cabileños se comprometían a respetar sus vidas si entregaban las armas. Cuando los españoles se estaban rindiendo, ya desarmados, los cabileños los masacraron sobreviviendo sólo 60 de ellos.
Las escenas de tremenda crueldad en el trato que los cabileños dieron a los españoles se relatan en este libro, así como la agonía, la sed, los actos de cobardía de algunos y las heroicidades de otros. Sin duda es una buena novela con la que conocer un episodio que tuvo una gran influencia en la Historia de España. Entre otras cosas degradó la imagen del Rey, propició la entrada de la Dictadura de Primo de Rivera y forzó una profunda reforma de las Fuerzas Armadas, que permitió entre otras cosas la primera operación de desembarco con apoyo aéreo de la Historia, el desembarco de Alhucemas, operación que culminó tiempo después con la ocupación militar del protectorado.
Muy interesante la guerra del Rif pero claro qué esperaban, que los rifeños se dejaran avasallar? nunca he entendido las políticas coloniales y menos mantenerlas aún siendo un desastre económico, de vidas y de todo, un saludo :)
ResponderEliminarLa verdad es que era una guerra absurda, ni siquiera España tenía intereses económicos en la zona (la más pobre de Marruecos), con la excepción de unas minas bastante poco productivas del Conde de Romanones.
ResponderEliminarGracias Vir por el comentario, un saludo.
habrá que apuntarselo..
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